Hay viajes que no se miden en kilómetros, sino en paisajes. El turismo en tren permite descubrir el mundo a otro ritmo: atravesando montañas, desiertos y costas desde el confort de un vagón. Son auténticas cápsulas en movimiento que combinan tradición, innovación y un innegable espíritu aventurero.
Sube con nosotros a bordo de algunas de las rutas ferroviarias más icónicas del planeta.
Venice Simplon-Orient-Express (Europa)
Un tren convertido en leyenda. El Venice Simplon-Orient-Express rememora los días dorados del viaje en tren, con vagones restaurados de los años 20 y 30. El interior, con madera tallada, tapicerías de terciopelo y detalles Art Decó, nos traslada a otra época.
Su ruta más clásica une Londres y Venecia pasando por París, pero también realiza itinerarios por Estambul, Praga o Viena. Aquí, el lujo no es solo estético: el servicio a bordo, la gastronomía y la atmósfera de novela lo convierten en un viaje inolvidable.
Shinkansen (Japón)
No es un tren turístico en sentido tradicional, pero el tren bala japonés es una atracción en sí mismo, un indispensable de aquellos aficionados al turismo en tren. Desde su puesta en marcha en 1964, el Shinkansen ha redefinido el transporte moderno: puntualidad casi absoluta, confort silencioso y velocidades que rozan los 320 km/h.
Conecta Tokio con Osaka en menos de tres horas, cruzando zonas como la región de Chubu, donde, si el cielo lo permite, el Monte Fuji acompaña el viaje con su icónica silueta. Una muestra de cómo la tecnología puede convivir con el paisaje.
The Ghan (Australia)
Una travesía de 3.000 kilómetros que atraviesa el corazón del continente australiano, desde Adelaida hasta Darwin. The Ghan no es solo un tren, es una expedición: cuatro días de viaje a través del desierto rojo, con paradas para explorar paisajes remotos, comunidades aborígenes y lugares tan impactantes como el desfiladero de Katherine.
El nombre rinde homenaje a los cameleeros afganos que ayudaron a explorar el interior del país. El tren ofrece todas las comodidades imaginables: suites privadas, restaurante gourmet y experiencias en ruta.
Bernina Express (Suiza e Italia)
Recorre los Alpes suizos desde Chur hasta Tirano (Italia) cruzando 196 puentes y 55 túneles, todo en un solo trayecto. Es uno de los ferrocarriles de montaña más espectaculares del mundo y, a diferencia de otros trenes turísticos, forma parte del transporte público.
Viajar en el Bernina Express significa disfrutar de glaciares, bosques, lagos alpinos y viaductos como el famoso de Landwasser, una joya de la ingeniería. Sus ventanas panorámicas permiten que la naturaleza entre en el vagón y te acompañe en todo momento.
Chepe Express (México)
El Chepe (Ferrocarril Chihuahua al Pacífico) es el único tren de pasajeros en México y atraviesa una de las regiones más impresionantes del país: la Sierra Tarahumara. Parte de Chihuahua y termina en Los Mochis, recorriendo más de 650 km de desfiladeros, túneles y puentes sobre la Barranca del Cobre.
Durante el trayecto, el tren pasa por zonas habitadas por pueblos indígenas como los rarámuri, y permite explorar estaciones intermedias como Divisadero o Creel. Con vagones modernos, bar panorámico y atención a bordo, es una experiencia que combina naturaleza y cultura.
Turismo en tren: Tecnología, seguridad y confort. Ingeniería detrás del paisaje
Viajar en tren puede ser una experiencia emocional, pero también es una operación de alta precisión. Cada una de estas rutas —aunque distintas en estilo y localización— comparten una necesidad: garantizar seguridad, eficiencia y confort.
En este sentido, Triple E aporta soluciones tecnológicas avanzadas en sistemas de protección, control y seguridad electrónica en entornos ferroviarios internacionales. Desde proyectos en Europa hasta colaboraciones en Asia o América Latina, la ingeniería de Triple E está presente en los bastidores de la movilidad moderna.
Porque en el turismo ferroviario, tan importante como el paisaje… es que todo funcione sin margen de error.