Inmersos en la cultura del “usar y tirar”, en el mundo electrónico también se ha instaurado con fuerza el pensamiento de que un dispositivo reparado funcionará peor que uno nuevo. Desde mediados de la década 2000, sin embargo, el sector ferroviario se unió al movimiento “Reparar, no desperdiciar”. Esta actitud empresarial, además, tiene ventajas no solo a nivel medioambiental, sino también en rendimiento de la propia corporación.
El medioambiente, el gran afectado de la cultura del desperdicio
Quizá sorprenda este dato: la reparación de circuitos electrónicos, según los estándares correctos, produce un 85% menos de emisiones en comparación con el abastecimiento y la compra de nuevos. Además, el costo de reparación de una pieza es, en promedio, alrededor del 10% del costo de una placa de circuito nueva.
Y es que cada año se producen, en todo el mundo, más de 50 millones de toneladas de desechos electrónicos que, además, frecuentemente son fácilmente reparables y de alto valor económico. Sin olvidarnos del impacto medioambiental que supone esta cantidad de componentes electrónicos por su toxicidad.
Reponer piezas innecesariamente, una fuente de pérdidas para todos
Usar piezas nuevas en vez de reparar las que son recuperables no solo es costoso, también supone un mal uso de los recursos. De este modo, para tener en stock esas piezas nuevas hay que pedirlas, suponiendo un tiempo extra de inactividad de la maquinaria. Sin embargo, el equipo que ya está en el sitio y es monitorizado por el departamento de mantenimiento, puede repararse rápidamente en su lugar de funcionamiento , ofreciendo así más tiempo de actividad y disponibilidad, y, con ello, siendo más rentable para la corporación.
La actualidad y la situación inaudita que ha provocado la pandemia nos ha recordado que los componentes electrónicos son básicos en nuestro día a día y que el sistema no puede soportar una distribución sin control de los mismos. De este modo, la escasez de chips ha llevado a un suministro limitado de vehículos, electrodomésticos e incluso equipos militares. Es hora de que el movimiento “Reparar, no desperdiciar” se generalice. Desde Triple E – EEESA ya nos hemos sumado a la cultura del #RepairDontWaste, convencidos de que la electrónica industrial que se mantiene en funcionamiento durante más tiempo nos beneficia a todos, de manera directa o indirecta.