La normativa SIL (Safety Integrity Level) se ha convertido en un pilar esencial para el sector ferroviario. Su función es clara: asegurar que los sistemas críticos (como la señalización, el frenado o el control del tren) operen de forma fiable y segura, incluso cuando las condiciones no son las ideales.
¿Qué es la normativa SIL?
SIL es una medida utilizada para definir el nivel de reducción del riesgo que ofrece un sistema de seguridad. Establecida por normas internacionales como la IEC 61508 o la EN 50129 (específica para el sector ferroviario), la normativa clasifica los sistemas en cuatro niveles: SIL 1, SIL 2, SIL 3 y SIL 4. Cada nivel representa un grado diferente de fiabilidad. Un sistema SIL 2 debe cumplir con requisitos más exigentes que uno de nivel SIL 1, y así sucesivamente.
¿Por qué es importante en el sector ferroviario?
El sistema ferroviario opera con múltiples elementos interdependientes donde un solo error puede comprometer la seguridad de cientos de pasajeros. Aquí es donde entra en juego la normativa SIL: permite evaluar, diseñar y validar sistemas críticos con criterios muy estrictos que minimizan el riesgo de fallos.
Algunas de sus aplicaciones más comunes en el ferrocarril son en los sistemas de señalización, los sistemas de frenado de emergencia y el control automático de trenes (CBTC o ERTMS), donde cualquier error puede afectar a la coordinación global de la red.
Una herramienta clave para la fiabilidad
La adopción de sistemas certificados bajo normativa SIL no solo es un requisito técnico o legal, sino una muestra del compromiso con la excelencia operativa. Así, estos sistemas reducen los tiempos de inactividad, evitan incidentes y mejoran la percepción del servicio ferroviario entre usuarios y operadores.
En Triple E trabajamos desde hace más de dos décadas con tecnología propia certificada SIL 2. Nuestro conocimiento del estándar y su aplicación práctica nos permite acompañar a los operadores con un enfoque claro: ofrecer máxima seguridad sin comprometer la fiabilidad.